• Especialistas nacionales revisaron colección de Junius Bird, destacado arqueólogo norteamericano que visitó la costa del Desierto de Atacama entre 1941 y 1942

Los restos arqueológicos domésticos bien documentados relacionados a la Cultura Arica son escasos, sobre todo para las comunidades que habitaron la costa del Desierto de Atacama. Contar con una mayor cantidad de artefactos para su estudio y análisis interdisciplinarios, permitiría desarrollar mejores hipótesis sobre distintos aspectos de la vida de los antiguos pobladores del norte de Chile.

Con esto en mente, Daniela Valenzuela, Bárbara Cases y Calogero Santoro, investigadores del proyecto anillo SOC1405, Escallonia, y del Fondecyt Nº 1151046 “Consumo integral de animales en la prehistoria del extremo norte de Chile: una perspectiva interdisciplinaria a través de diferentes líneas de evidencias (ca. 1000 a 1400 d.C.)”, viajaron hasta el Museo Americano de Historia Natural, de New York, para revisar la colección Junius Bird, que reúne distintas piezas del pasado nacional que podrían ayudar a responder a algunas interrogantes de dicho proyecto.

Bird fue un reconocido arqueólogo que realizó expediciones en distintos lugares del mundo, entre ellos, Tierra del Fuego (1932-1933) y el Desierto de Atacama (1941-1942). En el norte del país excavó sitios en Arica, Pisagua, Taltal y Coquimbo, lo que le permitió mejorar la estructura cronológico-cultural de la prehistoria local, definida originalmente por Max Uhle.

AMNH

Revisión de materiales de la colección Junius Bird, del norte de Chile, excavadas a comienzo de los años cuarenta.

La revisión que los investigadores nacionales hicieron de los artefactos encontrados por el fallecido norteamericano, permitió la realización de importantes hallazgos que darían un vuelco sobre ciertos aspectos que se creía que definían o caracterizaban a las comunidades costeras del norte de Chile en relación al desarrollo textil.

Hasta hace poco se pensaba que los antiguos habitantes de la costa utilizaban mayoritariamente el algodón para fabricar sus túnicas, mantas, fajas, gorros, bolsas o paños ceremoniales (inkuñas) -idea que proviene de la arqueología de la costa central del Perú-, pero la evidencia revisada indicaría lo contrario. “En general, se ha instalado la idea de que las poblaciones costeras usaban más algodón que camélido, pero un 95 por ciento del material que registré es camélido y sólo un 5 por ciento presentaba el uso de algodón, sea en la pieza entera o en algunos sectores”, explicó la arqueóloga Bárbara Cases, quien llegó a esta conclusión tras revisar cerca de 425 muestras.

Junto con esto, en la colección se encontraron con variados instrumentos que hacen pensar que en la costa había producción textil. “Lo que es interesante, porque se presumía que los textiles provenían de los valles y del altiplano, y que no eran de desarrollo local”, señaló Cases. Daniela Valenzuela, conductora del proyecto Fondecyt, añadió que “se asumía que las poblaciones de la costa, los pescadores de la Cultura Arica, tejían poco y que también obtenían estos productos a través del intercambio con poblaciones agricultoras del valle y de tierras altas. Pero, aparentemente, ellos también tejieron, dadas todas las evidencias de instrumentos para hilar y tejer que registramos”. Aclaró que no es raro pensar en esta hipótesis, debido a que la tradición costera tiene mucho que ver con el tejido y sus implementos.

Una característica de interés es que los textiles estaban asociados a sitios funerarios y que, además, contaban con muchas reparaciones, lo que, a juicio de los arqueólogos, indica que los tejidos eran considerados como objetos de mucho valor y que valía la pena repararlos, pues no contaban con recambio inmediato.

Aparte de los logros científicos la visita ha permitido ampliar redes de contacto y colaboración científica con instituciones, en este caso del exterior, lo que le da visibilidad no sólo al proyecto sino también a la región de Arica en particular y al país en general.