Un importante paso en su carrera y un gran cambio de vida es lo que a partir de septiembre debe enfrentar la joven arqueóloga Daniela Osorio. En Julio de 2015, la investigadora obtuvo una beca Chile para estudios de doctorado en el extranjero, concursada por CONICYT. Esto le permitirá realizar estudios doctorales en Arqueología en la University College de Londres, Inglaterra. Osorio, quien forma parte del equipo del Laboratorio de Arqueología y Paleoambiente, del Instituto de Alta Investigación (UTA), también se desempeñó en el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto y actualmente participa como doctorante en el proyecto CONICYT/Pía Anillo Código SOC1405 titulado “Cambios sociales y variabilidad climática a largo plazo en el Desierto de Atacama”, dirigido por Calogero Santoro.

 

La beca, que tiene una duración de tres años, le significará dejar la ciudad de Arica para comenzar a vivir en Londres, una “experiencia enriquecedora y motivante, en una universidad que tiene el quinto lugar a nivel mundial en el área de Humanidades”, comenta. Daniela Osorio realizará este doctorado en el Instituto de Arqueología que cuenta con un gran prestigio y gran cantidad de académicos de distintas especialidades, lo que le permitirá profundizar en ramos de interés para su especialización, como son análisis lítico y temáticas de cazadores-recolectores, entre otros.

 

“Creo que este es un buen momento para perfeccionarme, siento que tengo mayor experiencia, mi trabajo en el Centro de investigaciones del Hombre en el Desierto me ayudó mucho, sobre todo en el ámbito de la investigación. Además, agradezco el apoyo brindado por los arqueólogos Calogero Santoro y Marcela Sepúlveda, quienes fueron mis recomendadores para esta postulación”, afirma Daniela.

 

Aplicar lo aprendido

 

Asegura que su línea de trabajo está en el norte de Chile, por lo que sin duda espera volver después de finalizados sus estudios. Ante la pregunta de cuál es la forma para retribuir lo aprendido, la joven arqueóloga explica que la “debilidad de los que nos dedicamos al área científica es concentrarnos mucho en publicar y generar proyectos, resultados que llegan muy poco a la comunidad. Por lo mismo, en mi propuesta armé un programa de actividades específicas de difusión dirigidas a la comunidad. Incluí la transferencia de información a los profesores de historia, ya que el contenido de esta materia en el colegio comienza a partir del primer contacto con los españoles y hay 14 mil años de historia hacia atrás que falta por descubrir”.

 

“En Arica, la comunidad tiene una necesidad importante de conocer su pasado, mucho de eso gracias a la existencia de la cultura Chinchorro. Pero no sólo los Chinchorros vivieron acá, también lo hicieron otros pueblos. Y eso es justamente lo que yo estudiaré, los primeros poblamientos humanos, cómo la gente llegó a vivir al área andina hace trece mil años y creó una relación con ese espacio que existe hasta el día de hoy”, finaliza.

 

Desde un punto de vista institucional la beca obtenida por Daniela es una prueba que generando los espacios adecuados en una universidad regional, como el Instituto de Alta Investigación de la UTA, es posible desarrollar equipos de investigación capaces de integrar redes supranacionales de investigación científica. Gran parte de estas becas se quedan entre jóvenes investigadores masculinos de Santiago, por lo que la selección de Daniela representa un doble merito. Su compromiso de volver a la provincia es promisorio, puesto que se necesita atraer gente altamente calificada fuera de Santiago, para defender con mejores argumentos las aspiraciones de descentralización del país. Una nación crece cuando su gente alcanza los más altos niveles de educación, cifras macro económicas positivas son una parte de los requisitos para desarrollar la sociedad del siglo veintiuno.