Uno de los principales resultados obtenidos por Verónica Williams, académica de la Universidad de Buenos Aires, es la presencia incaica en la zona del valle Calchaquí en su sector medio en la actual provincia de salta, Noroeste de Argentina

El valle Calchaquí medio es un lugar de sumo interés para la arqueología, pues tiene muchos misterios sin resolver, como la alta presencia de pucaras, por ejemplo, cuya ocupación aún no se ha podido determinar.

Una de las mayores expertas en esta área es Verónica Williams, antropóloga y académica de la Universidad de Buenos Aires, quien dictó una charla magistral en la Universidad Alberto Hurtado para dar a conocer los resultados de sus últimas investigaciones.

“Una conclusión de importancia es que en este sector del valle Calchaquí existe una presencia del estado incaico manifestado en forma diferencial. Una de estas manifestaciones es la producción de cerámica de estilo inca, donde se da una recurrencia a la copia por parte de manufactureros locales”, además del arte rupestre y de la arquitectura, comentó la especialista.

Junto con ello, señaló que antes de la llegada de los incas, en el valle cohabitaban poblaciones o grupos, quienes habrían construido los nueve pucaras que se encuentran en la zona, entre los 2.000 metros y 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Foto 3“Pese a que este territorio se destaca por contar con suelos fértiles al cual todos los pueblos tenían acceso, es sabido que hubo períodos de sequía, lo que podría haber provocado situaciones de violencia para obtener territorios y tierras cultivables. En este punto los pucaras podrían haberse construido y cobrado relevancia, pero esto sólo es una teoría, pues no hay una certeza del por qué hay tantos”, explicó Verónica Williams. Agregó que cuando llegaron los incas estas fortificaciones ya no se utilizaban, pero que volvieron a usarse cuando ocurrió la incursión española.

Otro de las preguntas que aún no han podido responder es la existencia de estructuras especiales llamadas celdas o sitios para propósitos especiales. “No hemos podido averiguar para qué los utilizaban, pero hasta el momento se cuenta con tres hipótesis. La primera es que fueron áreas de cultivo, la segunda es que fueron corrales y la tercera es que fueron habitaciones. En esto enfocaré mis próximos trabajos en la zona. Para ello se harán excavaciones, análisis de arquitectura y distintos tipos de análisis de sedimentos que, espero, indiquen su funcionalidad”.

En el valle Calchaquí medio aún hay mucho por descubrir y, por esta razón, la antropóloga señaló que “voy a continuar trabajando en esta área hasta que el cuerpo me dé. Hay harto trabajo de campo que realizar”.